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Argentina es un gran productor de alimentos orgánicos. En las frutas principalmente de manzanas y peras. La producción y exportación está creciendo año tras año y ha adquirido una importancia estratégica en los envíos a ultramar. La exportación ya no sería lo mismo sin lo orgánico.
Actualmente casi todas las manzanas que se envían a Norteamérica son orgánicas y en caso de Europa son el 50%. En las peras es aproximadamente un tercio.

Nuestro país fue uno de los primeros a nivel mundial de involucrarse en el mundo del orgánico. Ya a principio de los noventa hubo un gran entusiasmo y fuimos uno de los pioneros en lo que se refiere legislación y regulación de la misma. El hecho de tener una agricultura y ganadería relativamente joven facilito la implementación. Muchos se convencieron que era una forma de preservar mejor los recursos naturales, además de brindar nuevas oportunidades comerciales. Hoy Argentina está a nivel mundial en segundo lugar, después de Australia, en lo que se refiere a superficie orgánica (3,2 millones de hectáreas). La mayor parte se refiere a los campos de pastoreo de la Patagonia. Esto también se da así en Australia y es el motivo por el cual ambos países están en la punta en lo que se refiere extensión de superficie, muy por encima de los otros países. Pero también la superficie agrícola es importante

Como es de esperar la mayor parte corresponde a la producción de granos y oleaginosas. La superficie orgánica dedicada a la producción de frutas esta en tercer lugar. En lo orgánico la fruta adquiere mayor importancia que en la producción convencional. En esta última la superficie frutícola es ínfima en relación a la de soja, trigo, maíz, girasol o sorgo; pero en lo orgánica la diferencia no es tan marcada. Otras producciones que se destacan en el orgánico son las hortalizas, legumbres, vinos, jugos, purés, azúcar, aceitunas, aceites, pasas de uvas, ciruelas secas, etc. Dentro de la ganadería se exporta carne, lana y miel. El principal destino de la producción orgánica es la exportación, siendo Norteamérica y Europa los principales destinos. El mercado interno aun no está desarrollado y su incidencia sobre este negocio es mínima.

1. Las frutas orgánicas

Según el último informe realizado por el Senasa hay unas 10.600 hectáreas frutícolas bajo este sistema de producción. La mayor parte se ubica en el Valle del Rio Negro con montes de manzanas y peras. Con una superficie de 8.000 hectáreas aportan el 75% a la superficie nacional de frutas orgánicas. En caso de la exportación su preponderancia es aún mayor. De las casi 45-50.000
toneladas de frutas orgánicas exportadas por Argentina durante los últimos años, la mayor parte correspondían a manzanas y peras (98%). Lo que demuestra que la incidencia de las restantes frutas es mínima. En los últimos años empezó a adquirir cierta importancia la producción de arándanos orgánicos. En el 2017 se exportaron 700 toneladas, lo que correspondió aproximadamente a 5% del total exportado. En la campaña 2018 la participación aumento significativamente. El Comité Argentino de Arándanos estimo que participaría de un 16% del total.
Otras frutas que se exportan bajo esta modalidad son ciruelas, cerezas, limones y kiwis. Pero en todos los casos se trata de cantidades ínfimas y sin mayor incidencia sobre el negocio global. A diferencia de Valle del Rio Negro donde el clima seco facilita la implementación de la producción orgánica; en el centro-norte del país el clima húmedo, con frecuentes lluvias y elevada humedad, sumado al calor, hace difícil imponer una producción con limitantes para el control de plagas y enfermedades.

2. Manzanas y peras orgánicas

A principio de los noventa se iniciaron en el Valle del Rio Negro los primeros ensayos de fruticultura orgánica. La gran ventaja de esta región es su clima seco, prácticamente desértico (230 mm de precipitación al año). Los inviernos fríos, veranos cálidos, gran amplitud térmica entre el día y la noche, a lo que se suma suficiente agua para regar; transforman al Valle en un lugar ideal para la producción de frutas y dentro de esta la orgánica. La sarna de la manzana, que tantos dolores de cabeza les traen a los productores de otras regiones, acá casi no está presente. Esto es una gran ventaja. En la pera, que se desarrolla muy bien en el Valle, la producción orgánica también está creciendo. Al igual que en el resto de la producción de este tipo; el principal destino es la exportación. Esto lo diferencia claramente de la producción tradicional. En esta el mercado
interno es el principal destino. Pero en caso de los orgánicos los envíos al mercado local son mínimos.
Dentro de los destinos externos de las manzanas y peras orgánicas se destaca EEUU, Canadá y Europa (Unión Europea, Suiza, Noruega). Aproximadamente la mitad se envía a Norteamérica y la otra a Europa. En los últimos años se realizaron algunas exportaciones a países latinoamericanos (Brasil, Colombia, Méjico), así como a Rusia, Arabia Saudita y Singapur.

3. Importancia estratégica de las Frutas Orgánicas

La producción orgánica represento para productores y empresas una buena posibilidad de ampliar sus negocios y además llevar adelante una producción comercial más de acuerdo con su ideología de preservar el medio ambiente, cuidar de los recursos y brindar un alimento sano y seguro. Si simplemente se miran los números del Valle, estos no reflejan la importancia que tuvo esta modalidad. La superficie que ocupa lo orgánico es de aproximadamente el 20% del total; su producción el 10%. En el gran volumen que se envía al mercado local y a Latinoamérica su incidencia es mínima a nula. Pero el punto de vista cambia si se analiza la exportación a ultramar. En este negocio las orgánicas tuvieron una importancia fundamental y ya nadie puede imaginarse a la exportación sin las manzanas y peras orgánicas. En algunos casos el negocio se salvo gracias a ellas. Mientras que las exportaciones a ultramar cayeron durante los últimos años, ante problemas internos y mercados que se complicaron cada vez más; la fruta orgánica no solo pudo mantenerse, sino incluso crecer. Es decir en un contexto adverso, estas fueron exitosas. Durante los últimos 10 años la exportación total de peras paso de las 450.000 toneladas a las 300.000. Durante ese periodo la de peras paso de 22-24.000 toneladas a 25-30.000.

Su participación en el total exportado se duplico, del 5 al 10%. Pero en algunos mercados su incidencia es fundamental; es el 30% de lo que va a los EEUU y Canadá y el 25-30% de lo que se envía a Europa. En caso de la manzana la importancia es aún mayor. Durante los últimos 10 años las exportaciones se desplomaron, pasando de las 200.000 toneladas a la mitad. En ese mismo  eriodo las exportaciones orgánicas pasaron de las 15.000 toneladas a las 20.000. Por lo tanto de participar del 7-8% de los envíos, paso al 20%. La exportación a ultramar prácticamente hubiera desaparecido si no fuera por lo orgánico. Las manzanas que se envían a los EEUU y Canadá, son casi todas orgánicas (80-90%). En caso de Europa es aproximadamente la mitad (45-50%).

4. Tendencia

No hay duda que la producción orgánica se instalo para quedarse y que la misma está creciendo, encontrando nuevos entusiastas. En los últimos años la superficie se duplico y la exportación aumenta año tras años.
Ante las ventajas que presenta el Valle para esta forma de producir, uno se plantearía si no sería la solución para toda la región. Porque no todos los montes se han pasado a lo orgánico. Cuáles son los frenos y las limitaciones.
La producción orgánica es compleja y requiere de un seguimiento muy estricto. Hay que estar muy encima para detectar inmediatamente una plaga, ver un desbalance nutricional, etc. Además los costos son mayores, por ejemplo algunas labores que en el convencional se solucionan con un producto químico, hay que resolverlas en el orgánico con mano de obra. También la comercialización no es tan fácil. El mercado es acotado, en muchos casos de nicho. Esto lleva a que no es fácil ubicar un plus, ante la falta de demanda. Más de una vez los precios ofrecidos son relativamente bajos y no compensan la mayor dedicación y costos que significo producir esta fruta. También es frecuente que se venda fruta orgánica como convencional, ante ciertas circunstancias u oportunidades comerciales.
Aquellos productores que se han volcado hace mucho al orgánico, ya no lo cambiaran. También las grandes empresas defienden su porcentaje del negocio que es orgánico. Pero productores que se han incorporado recientemente, que todavía no tienen suficiente experiencia o no disponen de un buen canal de venta; pueden desalentarse y salirse nuevamente de este negocio, para retomar el camino más seguro que es el convencional.

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