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Newsletter 163 – 19.02.2024

El Cáucaso, nexo entre Europa y Asia

La región del Cáucaso Sur, ubicada entre el Mar Negro y el Mar Caspio, comprende los actuales estados de Azerbaiyán, Georgia y Armenia, junto con otros territorios parcialmente reconocidos y áreas menores de Turquía e Irán. La región, a pesar de su relativamente pequeño tamaño, cuentan con una población importante, que llega supera los 20 millones de habitantes.

Los tres Estados anteriormente mencionados estuvieron, en dos ocasiones históricas distintas, englobados en un solo Estado, y formaron parte de las ex repúblicas soviéticas. La caída de la URSS determinó la independencia de los tres, pero también surgieron numerosas disputas en la región, dado que parte de los territorios son reclamados por varios grupos étnicos. Los conflictos son de larga data, siendo constante la tensión entre estos países y Rusia.

Estos países cuentan con culturas antiguas, con tradiciones y costumbres muy propias, en las cuales se hace notar la disyuntiva entre el mundo europeo y el asiático.

Oportunidades para los exportadores frutícolas australes

A diferencia de las repúblicas exsoviéticas de Asia Central, la región del Cáucaso tiene mayores lazos con los países australes. Parte de la población que tuvo emigrar por conflictos bélicos y económicos (sobre todo en el caso de Armenia) está radicada en los países del Hemisferio Sur. Además, son países más volcados hacia el Occidente.  También en caso del comercio frutícola se registran algunas transacciones, aunque en general se trata de importaciones puntuales y de pequeña magnitud. Las restricciones que tienen para la producción propia, así como la importancia que tienen la fruta en su cocina tradicional, determina que estén interesados en importar fruta. Nuevamente las oportunidades están en la contra estación. Hay oportunidades para los cítricos (limón, mandarina), las manzanas y peras, así como también habría explorar el mundo de las frutas especiales, como son los arándanos o paltas.

Azerbaiyán

Con una población de 10,4 millones de habitantes, es un país sin salida a ningún océano, aunque sí limita con el Mar Caspio. Con una rica historia y herencia cultural. La república es miembro activo del Consejo Túrquico (junto con Kazajistán, Kirguistán y Turquía) y de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Comparado con otros países de la región se destaca por su nivel alto de desarrollo humano, económico, de alfabetización y bajos niveles de desempleo. La religión mayoritaria es el islam, con algunas comunidades cristianas y judías. La lengua oficial, el azerí, está estrechamente relacionada con el idioma turco. Su capital y cuidad más poblada es Bakú, centro petrolero, científico, cultural e industrial.

El país cuenta con una gran superficie agrícola y se producen importantes cantidades de cereales, papas, remolachas tabaco y té. También es importante la cría de animales. La industria pesquera, centrada en la explotación del esturión, está disminuyendo.

La producción frutícola está en expansión. Los principales productos son las uvas, manzanas, naranjas, peras y granadas. A partir de 2014, debido a mejoras en los sistemas de irrigación y la implementación de incentivos para los productores, la fruticultura fue impulsada y la dependencia de las importaciones disminuyó.

Georgia

Ubicado en la costa del mar Negro, cuenta con una población de 3,7 millones de habitantes. A pesar de su ubicación geográfica, se lo considera cultural y políticamente como parte de Europa, siendo a partir de 2016 un estado asociado de la Unión Europea. Su mayor ciudad es Tiflis, localizada estratégica entre Europa y Asia, y que antiguamente situada en la Ruta de la Seda.

Desde la caída de la Unión Soviética la población ha ido disminuyendo, debido en parte a guerras, la frágil economía, baja natalidad y emigración. Fue una de las primeras naciones en adoptar el cristianismo en el siglo IV y hoy el 85% de la población adhiere al culto de la Iglesia ortodoxa y apostólica georgiana.

La economía del país gira en torno al turismo del mar Negro, la minería de manganeso y cobre, y una pequeña industria.

Georgia cuenta con una larga tradición de viticultura, y se cree que es una de las regiones productoras de vino más antiguas del mundo, desde el 8000 A.C. El vino tradicional se elabora en tinajas de terracota llamadas kvevri, que se entierran en el suelo. Una práctica tradicional, conocida como maglari, consiste en dejar que las vides crezcan por sobre los troncos de otros frutales, por lo que luego los racimos de uva penden junto con otras frutas, creando un curioso escenario.

De acuerdo a investigaciones en las montañas de Cáucaso se originaron también varios tipos de higos, moras, uvas, nueces, damascos, granadas y almendras. Esto se refleja en la diversidad de productos que suelen encontrarse en los mercados tradicionales, y en las preparaciones tradicionales como las frutas fermentadas o secas.

Armenia

Con 2,7 millones de habitantes, es un país sin salida al mar. Al igual que su vecina Georgia es uno de los primeros países en adoptar el cristianismo, el 93% de la población pertenece a la Iglesia apostólica armenia.

La industria del país representa más del 30% del PIB, y hay un fuerte sector minero que explota principalmente oro, cobre, cinc y plata. La agricultura estaba mucho más desarrollada en la era soviética. Desde su independencia el país se ha vuelto a la producción agrícola en pequeña escala.

Al igual que sus países vecinos destaca la producción de uvas, manzanas y sandías. La granada es una fruta muy importante para la cultura de Armenia y está asociada a numerosas tradiciones, como la de lanzar una granada contra la pared en las bodas.

Autora: Carolina De Francesco